MOTIVACIÓN
Conocer un nuevo idioma es una tarea que requiere mucho tiempo, energía y esfuerzo. El proceso es largo –en verdad nunca se deja de aprender– por lo que es necesario tener siempre presentes las razones que nos impulsan a seguir adelante. Mantén el hambre de conocimientos y la curiosidad.
DISCIPLINA
Un hábito que tienen muchos políglotas consiste en dedicar todos los días sin excepción un poco de tiempo para la nueva lengua. Es decir, siempre reservan un momento del día –por pequeño que sea– para practicar. Con veinte minutos de verdadera concentración es más que suficiente.
HAZLO REAL
El estudio en soledad es necesario pero insuficiente. El aprendizaje del idioma debe ponerse en práctica con diferentes personas y en diferentes situaciones. Habla con personas nativas todo cuanto puedas. No hay otra manera de avanzar.
BUSCA EL FRACASO
La experiencia no es más que un cúmulo de errores. Olvida la vergüenza y la timidez. No te cortes, pues no mejorarás tu nivel sino te equivocas.
PERSONALIZA.
Pregúntate cuáles son tus fortalezas y debilidades (gramática, fonética, comprensión, sintaxis…) y conviértete en el capitán de tu aprendizaje. Tú decides cuál es tu mejor manera de aprender.
SUMÉRGETE
Resulta casi imposible aprender un idioma sino se está mínimamente interesado en la cultura que representa, cuando totalmente enamorado de ella. Pues adquirir una nueva lengua es como llegar a ser miembro de un club; pasarás a pertenecer a nueva comunidad.